lunes, 28 de diciembre de 2015

Pastor Ray C. Stedman - [ HABACUC: LA HISTORIA EN LAS MANOS DE DIOS_2]









Por Ray C. Stedman




 ¿Hay alguna duda de que Dios hace esto en la historia? No hay duda alguna de que ese es el motivo por el que se les permitió a los nazis hacerse tan rápidamente con el poder, para asolar Europa y para ser de repente derribados una vez más. Fue para despertar al mundo occidental, a fin de que fuese consciente de su codicia, su avaricia, su maldad y el hecho de haberse apartado de lo relacionado con la verdad y Dios, que les está diciendo algo a través de esto, haciendo que las naciones se estremeciesen, que es la manera habitual de actuar Dios a lo largo de la historia.



A continuación el profeta dice: "Veo que ahora tengo otro problema. Y continua en el Habacuc 1:13 diciendo:



"Eres demasiado limpio como para mirar el mal; tú no puedes mirar el agravio. ¿Por qué, pues, contemplas a los traidores y callas cuando el impío destruye al más justo que él?"


Después Habacuc describe la maldad de los caldeos. Ahora dice:  <<me doy cuenta de cómo estás levantando a esta nación para perdonar a este pueblo, pero esto es algo que no entiendo. A pesar de la maldad de mi propio pueblo, no son tan malvados como los caldeos.>> ¿Cómo es posible que uses a un pueblo malvado, impío, implacable como éste para castigar a tu propio pueblo? Esto es algo que no acierto a entender. ¿Ha oído usted decir eso alguna vez? ¿Ha oído decir a alguien? : <<es cierto que los Estados Unidos tiene problemas, y posiblemente sea un pueblo malvado, pero no somos tan malvados como los comunistas (o los nazis o quienquiera que sea nuestro enemigo en esos momentos). Dios no va a permitir que este pueblo se apodere de ellos porque, después de todo, son mucho peor de lo que somos nosotros.>>



Así que el profeta dice: ¿No entiendo esto? Y como no sabe lo que hacer, sigue al cuarto paso y deja que Dios se ocupe del problema. Eso es algo muy sabio que hacer porque nuestra mente humana no capta todo lo intrincado de la historia y son muchísimas las cosas que no entendemos. Por lo que al llegar a este punto son muchas las personas que dicen: 



<<Debe ser que Dios no existe>> o 
<<Dios no es como dice la Biblia que es>> o 
<<no puedo creer en esto. Si Dios no me explica lo que piensa hacer, ya no puedo seguir creyendo en él>>.



Pero el profeta dice: <<La verdad es que no lo entiendo, pero tú eres más poderoso que yo, así que esperaré a que tú me lo reveles>>. Fijase cómo empieza el Habacuc 2 : 1  <<En mi guardia estaré de pie y sobre la fortaleza estaré firme. Vigilaré para ver qué dirá y qué tiene que responder a mi queja.>>


Ese es un modo de actuar muy sensato. Para empezar, Habacuc está diciendo que se va a alejar del problema durante un tiempo. "Voy a dejar el asunto en manos de Dios y esperaré a que sea él quien de el próximo paso. Yo he llegado hasta donde podía ir. He razonado basándome en el carácter de Dios. Se que sus ojos son demasiado puros como para contemplar el mal, no le gusta el mal y no tiene complicidad con él. Eso lo se. Pero a pesar de ello está levantando a este pueblo malvado. No lo entiendo, pero dejaré que Dios me lo explique y esperaré su respuesta.



¿Puede usted hacer esto? Cuando le presenta usted un problema a Dios y se lo explica todo a él en oración, ¿se levanta usted y sigue preocupándose por el problema otra vez? (¿Cómo se va a resolver esto? ¿Qué debo hace a continuación?) Eso es lo que nos derrota con frecuencia, pero el profeta lo deja ahí, diciendo: 
"de ti depende".


 Habacuc 2:2 dice:



<<Entonces Jehová me respondió diciendo: --Escribe la visión y grabarla claramente en tablas para que corra el que las lea.>>





En otras palabras <Habacuc, te voy a dar la respuesta>. Ahora quiero que lo pongas por escrito con toda claridad para que todo aquel que lo lea pueda transmitir de inmediato la respuesta y hacer que llegue por toda la tierra. Entonces Dios añade estas significativas palabras (Habacuc 2 : 3):


<<Aunque por un tiempo la visión tarde en cumplirse, al fin ella hablará y no defraudará. Aunque tarde, espéralo; pues sin duda vendrá y no tardará.>>



Dios está diciendo: <Habacuc>, esto es algo que no va a suceder de inmediato. Pasará algún tiempo, pero sucederá. Ese es el carácter de la revelación de Dios. Para empezar él dice que va a suceder un acontecimiento y luego dice: <no te preocupes de lo que pase entre tanto>. Aunque te de la impresión de que todo esta saliendo mal, lo que te he dicho que va a pasar pasará y si te da la impresión de que se demora, <espéralo porque sucederá>.


Luego Dios afirma un principio que se cita en tres ocasiones en el Nuevo Testamento y que es la base de los grandes movimientos que ha producido Dios entre los seres humanos. Dice estas palabras (Habacuc 2 : 4):



<<He aquí, aquel cuya alma no es recta dentro de sí está envanecido, pero el justo por su fe vivirá.>>



Estas palabras se citan en el Nuevo Testamento en Romanos, en Gálatas y en Hebreos y fueron precisamente estas palabras las que encendieron un fuego en el corazón de Martin Lutero. <<El justo por la fe vivirá. No por las circunstancias, ni por los comentarios ni por los razonamientos, sino por la FE en lo que dijo Dios que sucedería>>.



Mediante estas palabras se le muestra al profeta que solo hay dos perspectivas posibles acerca de la vida. Solamente podemos enfrentarnos con la vida mediante dos clases diferentes de actitudes. 



---> O bien la afrontamos por medio de la fe, dependiendo de Dios, 
---> o la enfrentamos con una actitud de incredulidad, dependiendo de nuestra propia habilidad para razonar todas las cosas. 




Estas son las dos actitudes fundamentales y son las únicas dos actitudes posibles. Solamente se puede adoptar la una o la otra. Si mira usted a su alrededor se dará cuenta de que cada uno de los seres humanos sobre la faz de la tierra encaja en una de estas dos categorías. O bien confían en la sabiduría de la mente humana para estudiar los acontecimientos y hallar las soluciones, e intentan analizar los escritos de hombres sabios y llegar a conclusiones respecto a los acontecimientos humanos, basándose en estas fuentes de información, o toman lo que ha dicho Dios y creen que cuando El ha dicho que va a suceder algo, sucederá y que toda la historia converge y depende de esta promesa.




Esa es la diferencia entre el hombre de fe y el hombre que vive dependiendo de su razón. Una de las cosas más lamentables con las que me encuentro es la cantidad de cristianos que se están dejando atrapar por la idea de vivir conforme a la razón y por la inteligencia de los procesos racionales humanos, en el nombre del Cristianismo. Hay muchos que dicen que la labor de la iglesia es organizar a la gente que está en desventaja para que de alguna manera pueda ejercer una influencia y un poder político, a fin de presionar a los dirigentes de la nación para que corrijan los abusos que se cometen y que eso es lo cristiano y lo que se debe de hacer. Ahora bien, yo no estoy sugiriendo que esté mal ayudar a las personas que estén necesitadas. Eso es perfectamente correcto y debemos de hacerlo guiados por Dios. Pero los procesos de depender de bloques de presión y de piquetes y otras cosas no es ni remotamente cristiano. Eso no es ni mucho menos lo que nos dice la Palabra de Dios que hagamos. En contraste, eche un vistazo a los relatos de los hombres y las mujeres que se mencionan en el capítulo once de Hebreos



¿De qué manera cambiaron el mundo de su época? Nos dice que soportaron como viendo al que era invisible, sin esperar que el hombre hiciese nada. Estaban esperando que Dios obrase y así lo hizo siempre. Al obrar Dios, las cosas empezaron a cambiar y la historia de esa clase de obra es la asombrosa historia del éxito de hombres y mujeres que fueron capaces de cerrarle la boca a los leones, subyugaron reinos, derrocaron tronos, ganaron imperios y cambiaron el curso de la historia por medio de la fe, no contando con lo que pudiera hacer el hombre, sino Dios.


A lo largo del resto del capítulo hay un interesante análisis de los caldeos y lo que Dios planeaba hacer con ellos. Para resumir, Dios le dice al profeta: <Mira Habacuc, no te preocupes> por los caldeos. Es verdad que mis ojos son tan puros que no quiero contemplar el mal y también es cierto que estoy levantando a este pueblo con el propósito de juzgar a la nación de Israel, pero también en su momento juzgaré a los caldeos y aquello en lo que ellos confían se convertirá precisamente en su ruina. Sus propios dioses les derrotarán. Y pronuncia cinco calamidades (Habacuc 2 : 1 - 6):



<<¡Ay del que multiplica lo que no es suyo! [[Ay del hombre que vive siguiendo la filosofía: "Conseguiré todo lo que pueda y poco importa cómo lo consiga]].>>




<<¡Ay del que codicia injusta ganancia para su casa, poniendo en alto su nido para escaparse de mano de la calamidad! [Ay de aquel que dedica todos sus esfuerzos a sentirse seguro y a salvo cuando llegue a viejo. Dios dice que se encontrará con que los fundamentos sobre los que se ha apoyado le serán arrebatados y todo aquello en lo que ha invertido le será quitado.] ¡Ay del que edifica la ciudad con sangre y del que establece la aldea con iniquidad! [Ay de aquellos que confían en la violencia para obtener lo que quieren.] ¡Ay del que da de beber a su compañero del cáliz de su ira y lo embriaga para mirar su desnudez! [Ay del hombre que crea temor en los que le rodean con el fin de gobernarles y de aprovecharse de ellos.] Habacuc 2 : 1 - 19  "Ay del que dice al palo: ¡Despiértate!...,>>"




[Ay del hombre que confía en un falso dios, que cree que las fuerzas que le rodean pueden controlarle, darle vida y cumplir sus deseos.]



Finalmente, en el Capítulo 3 el profeta concluye con una oración extraordinaria. Aquí ha encontrado su respuesta. Dios es el Dios de su historia, se está moviendo y lo tiene todo bajo control. Lo que tenemos que recordar es que estas fuerzas y los problemas creados por ellos no se resuelven intentando afrontar solo el problema inmediato porque eso es como tomar aspirina para curar el cáncer, algo que no funcionará nunca. No, estos problemas solo se solucionarán mediante la relación del hombre con Dios. Habacuc dice (Habacuc 2 : 1 - 20):



<<Pero Jehová está en su santo templo: ¡Calle delante de él toda la tierra!>>




Luego comienza su poderosa oración (Habacuc 3 : 2):


<<Oh Jehová, he oído tu fama; he considerado tu obra, oh Jehová. ¡Avivarla en medio de los tiempos hazla conocer! En medio de la ira, acuérdate de tener misericordia.>>




Habacuc comenzó este libro diciendo: 
<<Señor, ¿por qué no haces algo? Y ahora dice: 
<<Señor, ve con cuidado, no hagas demasiado. En tu ira no olvides la misericordia. 
<<Señor veo que estás obrando, pero recuerda en medio de ello que sigues siendo un Dios de misericordia. Eso es todo lo que tiene que decir. No hay más filosofía, ni teología, ni más argumentar con Dios.



Esta oración es uno de los pasajes más asombrosa mente hermosos y poéticos en todas las Escrituras. Léalo y vea qué lo que hace el profeta es, ni más ni menos, que volver al pasado y recordar lo que Dios ha hecho en el pasado y eso es lo que convence a Habacuc de que puede confiar en él. Se basa en los acontecimientos que ya han sucedido, en aquellos sucesos que no se pueden cuestionar, ni eliminar ni conmover en modo alguno; el hecho importante de que Dios ya ha actuado en la historia humana y de eso depende la fe. No vivimos guiados por una fe ciega, sino que vivimos con un Dios que ha actuado en el tiempo y en el espacio, que ha hecho algo, que ha dejado indeleblemente grabada su voluntad en el progreso de los acontecimientos humanos. El profeta piensa en lo que hizo Dios en el pasado en Egipto, cuando Israel se encontró en problemas y recuerda de qué modo actuó Dios (Habacuc 3 : 3 -4):



<<Dios viene desde Temán; y el Santo, de los montes de Parán. Su esplendor cubre los cielos. Tiene un resplandor como de luz; rayos brillantes salen de sus manos y allí se oculta su poderío.>>




¿Recuerda usted de qué modo ocultó su poder al faraón y luego lo mostró mediante actos repentinos de su milagrosa intervención? El profeta dice (Habacuc 3 : 3 - 6):


<<La mortandad va delante de él y de sus pies salen llamaradas. Se detiene y hace temblar la tierra; mira y estremece a las naciones. Se desmoronan los montes sempiternos; las antiguas colinas se postran ante él. ¡Sus caminos son eternos!>>




Recuerda cómo se vio afligido el pueblo de Israel en el desierto y como temblaron en medio de Madian. Luego piensa en cuando cruzaron el Mar Rojo y de qué modo Dios les abrió camino en medio de las aguas y se acuerda de cómo el Río Jordán se abrió y pudieron llegar a tierra firme (Habacuc 3 : 3 - 11):




<<El sol y la luna se detuvieron en su cenit... Esta es la clase de Dios que tenemos. El Dios que, de hecho, interviene en la historia humana para realizar acontecimientos que nadie puede duplicar. Al pensar el profeta en todo ello, su mente medita en la grandeza de Dios y así es como concluye>> (Habacuc 3 ; 3 - 16):




<<Oí y se me estremecieron mis entrañas. Ante esa voz titubearon mis labios; penetró podredumbre en mis huesos, y se estremecieron mis piernas. Gimo por el día de la angustia, cuando suba contra el pueblo.>>



Ve el problema y sabe que viene. Lo temible del problema se apodera de él y siente la presión, pero no es eso todo, sino que añade :



<<Aunque la higuera no florezca ni en las vides haya fruto, aunque falle el producto del olivo y los campos no produzcan alimento, aunque se acaben las ovejas del redil y no haya vacas en los establos; con todo, yo me alegraré en Jehová y me gozaré en el Dios de mi salvación. ¡Jehová, el Señor, es mi fortaleza! El hará mis pies como de venados y me hará andar sobre las alturas.>>



¿Ha descubierto usted eso? Que a pesar de que permanezcan los problemas y la presión siga estando ahí, se puede producir un fortalecimiento del hombre interior que hace que el corazón se regocije y se sienta alegre en medio de las dificultades y eso fue lo que descubrió Habacuc. 
<<El Señor mismo dice, 
<<es mi fortaleza. Y esa es la verdad del Nuevo Testamento. Esa es una manera desesperada de intentar deshacerse del problema, pero Dios ha ordenado que continúen los problemas. "En el mundo tendréis aflicción dijo Jesús, "pero ¡tened valor, yo he vencido al mundo! (Juan 16 : 33) Hay un titulo de un libro que me encanta y que fue escrito por el Dr. Edman, anterior presidente de la Facultad Wheaton. 



Resume, de manera gloriosa, cuál debiera ser la actitud del cristiano en los tiempos difíciles. ¿Sabe usted cuál es? "Not Somehow, but Triumphantly. (No de algún modo, sino triunfantemente.) No superándolo de alguna manera, sino de modo triunfante.



<<Aunque la higuera no florezca ni en las vides haya fruto, aunque falle el producto del olivo y los campos no produzcan alimento, aunque se acaben las ovejas del redil y no haya vacas en los establos; con todo, yo me alegraré en Jehová y me gozaré en el Dios de mi salvación. ¡Jehová, el Señor, es mi fortaleza!>>



Oración




Padre nuestro, gracias por esta revelación de la gran verdad que encontramos en todas las Escrituras, que tú eres el Dios de la historia. No hay acontecimiento que suceda sin que forme parte de tu plan y todas las cosas se mueven en relación con tu reino divino. Lo que tú has dicho que va a suceder sucederá y la historia del pasado lo corroborá, y todas las vueltas y maniobras realizadas por los hombres no lo impedirán. Señor, ayúdanos a elevar nuestros ojos en medio de nuestros problemas y a que recordemos que Dios es nuestra salvación, el Dios de nuestra fortaleza, y a hallar de ese modo la respuesta en medio de la aflicción. Te pedimos que nos hagas vivir de este modo, no de alguna manera, sino triunfantemente. En el nombre de Cristo...Amén.


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