jueves, 2 de abril de 2015

Rubén Rodríguez- [Jesús nos dejó otro ejemplo más acerca de la importancia de la oración].






“Y saliendo, se encaminó, como de costumbre, hacia el monte de los Olivos; y los discípulos también le siguieron. Cuando llegó al lugar, les dijo: Orad para que no entréis en tentación. Y se apartó de ellos como a un tiro de piedra, y poniéndose de rodillas, oraba” Lucas 22:39-41.


Le quedaba tal vez apenas una hora antes de ser apresado y llevado a juicio. Habían celebrado la cena de pascua con los discípulos, Judas ya había recibido sus monedas, la turba estaba en camino. El Señor, ejemplo perfecto de principio a fin, no cambia su plan y va directo - “como de costumbre” de dice la Palabra - al monte de los Olivos para orar. Eran sus últimos momentos en libertad antes de empezar el suplicio dolorosísimo de rechazo, maltrato, tortura y humillaciones que viviría por las siguientes 18 horas, y El invierte ese tiempo en arrodillarse para hablar con el Padre. Así lo hizo durante todo su ministerio en esta tierra, y dice la Palabra que también ahora: 




➨ En este mismo instante - intercede por nosotros ante el Padre. En tiempos de paz y en tiempos de dificultad, la oración es:




➲El lugar principal para encontrarnos con Dios; 
➲Para calmar el espíritu y 
➲Recibir dirección; 
➲Renovar las fuerzas y 
➲Sanar las heridas; 
➲Lavar el dolor y 
➲Suavizarnos el alma con el bálsamo del gozo; 
➲Soltar las cargas y 
➲Encomendar nuestros pasos al Padre. 




Ninguna actividad es más importante que la oración, y ninguna debería merecer nuestra atención diaria por encima de ella.


↲Cada minuto que pasamos de rodillas ante el Padre vale lo que cientos de horas tratando de llevar la vida en nuestras fuerzas. Nunca hay sobredosis, y siempre traerá con ella bendición.↳ 



Hoy conmemoramos esa noche en la cual el Señor fue entregado, porque El así lo quiso por amor de nosotros; día en el cual empezó a suceder todo aquello que finalmente significó su muerte, pero que a nosotros nos dio la vida. El día en que, entre muchas otras cosas valiosísimas, nos dejó otro ejemplo más acerca de la importancia de la oración.







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