♔Salmos 2♚
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El reino del ungido de Jehová
1.- ¿Por qué se amotinan las gentes,
Y los pueblos piensan cosas vanas?
2.- Se levantarán los reyes de la tierra,
Y príncipes consultarán unidos
Contra Jehová y contra su ungido, diciendo:
3.- Rompamos sus ligaduras,
Y echemos de nosotros sus cuerdas.
4.- El que mora en los cielos se reirá;
El Señor se burlará de ellos.
5.- Luego hablará a ellos en su furor,
Y los turbará con su ira.
6.- Pero yo he puesto mi rey
Sobre Sion, mi santo monte.
7.- Yo publicaré el decreto;
Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú;
Yo te engendré hoy.
8.- Pídeme, y te daré por herencia las naciones,
Y como posesión tuya los confines de la tierra.
9.- Los quebrantarás con vara de hierro;
Como vasija de alfarero los desmenuzarás.
10.- Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes;
Admitid amonestación, jueces de la tierra.
11.- Servid a Jehová con temor,
Y alegraos con temblor.
12.- Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino;
Pues se inflama de pronto su ira.
Bienaventurados todos los que en él confían.
UNA REVELACIÓN PERSONAL
Para un hombre muy impulsivo, pero tuvo su primer encuentro con Jesús, y después de oírlo predicar, fue testigo del primer milagro. Un milagro de pesca donde el empezó a entender que Jesús era más que un hombre normal. El apóstol tuvo varios encuentros con el Señor hasta que el mismo Jesús le dijo que la revelación que había recibido había sido directamente del padre de los cielos.
Salmos 2:7
1.- ANUNCIARÉ EL DECRETO:
Cuando leemos todo el salmo dos, no podemos pasar por alto el verso siete y dentro de las frases que contiene éste verso, sobresale una frase clave, que dice: anunciaré el decreto del Señor.
La palabra decreto desde su raíz hebrea tiene varias traducciones, algunas de ellas son: Promulgación, nombramiento, estatuto, ley, ordenamiento, ordenación. El diccionario enciclopédico lo traduce como: Determinación de una autoridad sobre cualquier materia.
En palabras más sencillas el salmista nos está diciendo: El Señor promulgó que yo sería su hijo; El Señor me ha nombrado como su hijo; ha ordenado que yo sea llamado hijo suyo.
Esta verdad nos lleva a hacernos una pregunta ¿Cuál decreto?, Si llevamos este verso a la Biblia podremos entender a que se refiere. El mismo verso nos lo explica, leámoslo bien. Ciertamente anunciaré el decreto del Señor que me dijo: Mi hijo eres tú. El decreto esta en la última frase, la cual dice: Mi hijo eres tú.
Pero el salmista dice algo muy interesante y que debemos de analizarlo con mas detalles. Anunciaré el decreto del Señor. ¿Por qué quería anunciarlo? Otras versiones dicen proclamare el decreto. Desde su raíz hebrea la palabra anunciaré se puede traducir como: señalar con una marca, inscribir.
Entonces lo que el salmista nos esta diciendo es: yo voy a proclamar que soy un hijo de Dios, lo voy a anunciar con mi vida, con mi conducta. En mi conducta estará inscrito que soy un hijo del Altísimo.
2- MI HIJO ERES TÚ:
No podemos pretender ser hijos, solo porque constantemente estamos escuchando que lo somos. Es necesario recibir una revelación de Dios para que cambie nuestra manera de pensar y sentir, y entonces podremos desarrollar la convicción de que somos hijos.
El diablo trató de vencer a Jesús en su mente, lo tentó con respecto a su derecho de hijo de Dios, y le dijo: usa tu derecho de hijo y dile a estas piedras que se conviertan en pan. Satanás no tenía ninguna duda de que Jesús era hijo de Dios pero quería que violara el plan divino y evitar así su humillación.
Necesitamos entender que al tener una revelación de Dios, que somos hijos. Esto nos va a dar una convicción en la vida. Ahora no debemos confundir el decreto que se ha dado sobre nosotros de ser hijos de Dios, a querer exigir en la tierra los derechos que un día tendremos como hijos en la eternidad.
El diablo trató de vencer a Jesús en su mente, lo tentó con respecto a su derecho de hijo de Dios, y le dijo: usa tu derecho de hijo y dile a estas piedras que se conviertan en pan. Satanás no tenía ninguna duda de que Jesús era hijo de Dios pero quería que violara el plan divino y evitar así su humillación.
Necesitamos entender que al tener una revelación de Dios, que somos hijos. Esto nos va a dar una convicción en la vida. Ahora no debemos confundir el decreto que se ha dado sobre nosotros de ser hijos de Dios, a querer exigir en la tierra los derechos que un día tendremos como hijos en la eternidad.
3.- YO TE HE ENGENDRADO HOY:
El salmista nos está declarando que en el decreto del Señor, Él le ha dicho: tú eres mi hijo, hoy estás naciendo, hay un alumbramiento para ti este día. He procreado a través de ti una nueva raza.
Juan 1:12-13
El evangelio de Juan nos explica esta verdad con los versos anteriores. Veamos algunos detalles. Lo primero que nos dice es: Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios. Esta primera oración hay que leerla con cuidado. Ya que el verso no dice que a todos lo que le reciben, ya son hijos de Dios.
La verdad central de esta oración es: Todos los que le reciben, tiene el derecho de llegar a ser hijos de Dios. La palabra derecho, de su raíz griega, sus primeras traducciones son: la fuerza y la capacidad para llegar a ser hijos de Dios. Otra de las traducciones es el privilegio de llegar a ser hijos.
Esto se amalgama muy bien con las palabra del salmista, ya que el decreto ha sido dado sobre nosotros, tenemos la fuerza, la autorización y la capacidad de llegar a ser hijos de Dios.
Cuando ya somos hijos, tenemos herencia juntamente con el Hijo de Dios, somos coherederos de Él. Por eso el salmista entiende lo que Dios le dice: pídeme y te daré por herencia las naciones.
La verdad central de esta oración es: Todos los que le reciben, tiene el derecho de llegar a ser hijos de Dios. La palabra derecho, de su raíz griega, sus primeras traducciones son: la fuerza y la capacidad para llegar a ser hijos de Dios. Otra de las traducciones es el privilegio de llegar a ser hijos.
Esto se amalgama muy bien con las palabra del salmista, ya que el decreto ha sido dado sobre nosotros, tenemos la fuerza, la autorización y la capacidad de llegar a ser hijos de Dios.
Cuando ya somos hijos, tenemos herencia juntamente con el Hijo de Dios, somos coherederos de Él. Por eso el salmista entiende lo que Dios le dice: pídeme y te daré por herencia las naciones.
4.- PÍDEME Y TE DARÉ POR HERENCIA:
Un hijo puede poseer en su peregrinaje sobre la tierra su herencia, a través de pedir, no exigir, o de esperar como soy hijo me tienen que dar. Esa es la actitud que tienen muchos. Dicen: pero si yo soy hijo de Dios por qué no me da, como a otros. No se trata de exigir sino de pedir.
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